Para recibir amor, antes tenemos que darlo… y para poder dar amor a los demás, primero necesitamos amarnos a nosotros mismos.
Muchas veces nos empeñamos en poner la responsabilidad de nuestra felicidad en un otro, pensando que una pareja, nuestros hijos, nuestras amistades nos van a dar la felicidad que nosotros mismos no tenemos; el vacio que sientes por la falta de amor en ti, solo lo puedes llenar tú… los demás solo van a complementar la felicidad que tú ya posees.
Si un individuo es capaz de amar productivamente, también se ama a sí mismo; si sólo sabe amar a los demás, no sabe amar en absoluto” . Erich Fromm en su libro El arte de amar
En la vorágine del día a día tendemos a olvidarnos de nuestras propias necesidades, nos prestamos muy poca atención o incluso en muchos casos nos parece egoísta no dedicar nuestro tiempo a los demás.
Nos cuidamos tan poco, que incluso se pasan los días sin dedicarnos un minuto. Dedicamos muy poco tiempo a encontramos a solas con nosotros mismos.
La propuesta que hago hoy, es que mires como te relacionas contigo mismo. ¿Te dedicas tiempo?¿Es ese tiempo de calidad?¿Como te tratas, con exigencia, con amor?
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