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Naiara García

Las cuatro emociones básicas



Hoy me gustaría empezar este post hablando de las emociones, dado que es un tema recurrente en mis terapias, por los conflictos que genera su mala gestión.


Es habitual encontrarnos en la calle con una clasifición de positivas o negativas y mil consejos de como “controlar” las emociones. A mí me gusta más hablar de que todas las emociones son necesarias, de que hay que aceptarlas sin juicios y que es necesario sentirlas para que puedan fluir. Por ello os quiero hablar de las emociones desde una mirada gestáltica.


Emoción etimológicamente es: E = energía y motion = movimiento. Esa poderosa energía en movimiento nos trae información para decirnos cómo nos sentimos con lo que estamos viviendo en ese momento y hacia donde dirigir nuestra acción.


Desde esta perspectiva, las emociones entonces, no son positivas ni negativas sino que pueden ser una guía de acción que nos oriente a vivir mejor. Aunque solemos creer que las emociones muchas veces son el problema, en realidad, nosotros las convertimos en el problema cuando no sabemos aprovechar la información que nos brindan y seguimos prisioneros de nuestras propias interpretaciones limitantes.


¿Cuáles son sus funciones?

  1. Reflejan nuestro mundo interno. Nos informan de cómo vivimos, en nuestro interior, lo que sucede a nuestro alrededor. Nos indican cómo estamos evaluando y juzgando la situación que vivimos. Esto nos permite conocernos mejor.

  2. Dirigen una gran parte de nuestras conductas. Su energía nos ayuda a tomar decisiones con las cuales satisfacer nuestas necesidades y deseos.

  3. Facilitan nuestra adaptación al medio. Nos ayudan a relacionarnos mejor y actuar adecuadamente según las circunstancias externas y nuestro mundo interno.


¿Qué información nos brindan las 4 emociones básicas?

Según la mayoría de autores, las 4 emociones básicas de las que parten el resto de emociones son: la alegría, la tristeza, la rabia y el miedo.

  • La Rabia: Emoción con una fuerte carga energética que nos permite sentirnos fuertes cuando nuestra integridad se ve amenazada y que nos ayuda a poner límites contra la invasión. Nos indica que algo nos está molestando y nos activa para solucionarlo.

  • La Tristeza: Nos señala que estamos frente a un hecho doloroso, como una pérdida o un abandono. Nos impulsa a valorar lo que tenemos, lo que nos importa y lo que da sentido a nuestra vida desde una nueva perspectiva. Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.

  • La Alegría: Nos lleva a establecer lazos afectivos, a destacar circunstancias placenteras y benéficas y nos estimula a buscar otras similares.

  • El Miedo: Nos advierte contra peligros, activando un mecanismo de lucha, de huida o de alerta ante una emergencia o, cuando menos, ante situaciones que requieren que vayamos con sumo cuidado. Nos sirve para protegernos al afrontar una situación que resulta amenazante.


Si tomamos conciencia de lo que nos brindan las emociones básicas, las aceptamos y las escuchamos, y las dejamos sentir se transforman en guías que nos orientan a vivir plenamente, a comunicarnos mejor y a ser más felices. Si en cambio no las reconocemos, ni escuchamos y nos resistimos a ellas, nos persiguen, nos aprisionan y nos quedamos enganchadas a ellas.


¿Te atreves a mirarlas, escucharlas y vivirlas?


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